Los poetas cuando empiezan a escribir, llegan a una lengua y a una literatura que ya estaban hechas y que seguirán sin ellos, aunque seguramente no de la misma manera, cuando hayan muerto. En qué medida cambia cada poeta una y otra, a dónde está destinada a llegar su obra, es algo que le ha sido dado conocer a ninguno de ellos, mientras vive, pues en estas materias todo resulta demasiado mudable y extraño. Pero sí puede declarar de dónde viene, ese pequeño grupo de maestros, fieles y familiares, a los que, en cierto modo, destinada cada una de las líneas que escribe. No desmerecer demasiado de su ejemplo y proseguir una tarea perpetua e inacabada, es el objeto de juntar ahora este centón de hojas, en la que su autor buscó dejar constancia de sentimientos demasiado duraderos para momentos demasiado fugaces.

Andrés Trapiello

Andrés Trapiello ha publicado ya seis tomos de "Salón de pasos perdidos", un original proyecto literario que pretende recoger "en tiempo real" sus memorias. Con ese bagaje y su profundo conocimiento de la literatura memorialística, recoge en El escritor de diarios sus reflexiones sobre el género: la relación ente intimidad y literatura; una pequeña historia del diarismo en la literatura española; los conflictos entre la vida real y lo escrito ("No hay vidas malas sino mal contadas") o la posibilidad de bucear detrás de la vanidad y la tontería de muchos diarios para conocer los entresijos del autor.

No cabe duda de que Andrés Trapiello
es en la actualidad uno de los más finos y elegantes de nuestros
escritores, poseedor de un sentido del gusto exquisito y de un punto de
vista acertado y diferente, que eleva sus escritos críticos a la
categoría de arte. De su equipaje de lecturas, que ha deambulado
por cuantos territorios pudiera haber sospecha de habitar la literatura,
Andrés
Trapiello ha seleccionado en este libro de Viajeros y estables
escritores y obras que le han sido gratos a lo largo del tiempo. Verlaine,
Nietzsche,
Emily Dickinson, Eliot, Byron, Dickens,
Stendhal,
Baudelaire, Benjamin, Cioran, Conrad,
Henry James, Rilke y tantos otros... escritores y obras que atraviesan las
generaciones unas veces como «viajeros» transitorios, otras como huéspedes
«
estables
», por cómo entran y salen de la vida de cada uno. Dice
el autor: «Lo nuestro es una fonda modesta y no el Olimpo. En todos
los casos he tratado de distraerme, no aburrir ni aburrirme.» Quien
haya leído Clásicos de traje gris
(en esta misma colección, núm. 62) sabe de sobra que Andrés
Trapiello garantiza la amenidad de sus ensayos y es seguro que el lector
saldrá enriquecido de la experiencia.